LAS VIDAS QUE CORRIERON CONMIGO
- Jorge Mario Sierra Marin
- 11 sept 2016
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 nov 2018
¿Y si le ponemos emotividad a esta vaina de correr, revueltica con entrenamiento, sacrificio, disciplina y constancia? La Maratón de las Flores 2016, tuvo muchas más emociones mezcladas que todas las demás carreras y eso no es gratis. ¿Qué pasó entonces para que fuera tan extrañamente sentimental a muchos corredores? Yo pienso que la respuesta es que todos tenemos una historia propia. Unas largas, otras cortas, todas profundas. Y cuando las conocemos, entonces entendemos que la nuestra es igualmente valiosa y emotiva. Unos pocos ejemplos:
Saber que en enero de 2010 pesabas 87 kilos y hoy estás terminando tu tercera maratón con un gran tiempo. Todo el poder de la dedicación y el sacrificio, el triunfo es tuyo. María Paulina Vélez.

Una lesión te saca de los entrenamientos por dos meses. Corres con el objetivo único de terminar bien. Y haces un tiempo que te da la posibilidad de cumplir tu sueño en Boston. Entonces recuerdas todos tus sacrificios y sabes que valió la pena. Juan Manuel Bernal.

Rematas con el corazón, pensando en tu esposo que te acompaña desde algún lugar y seguro está muy orgulloso de ti. Por eso corres con amor. Marilú Pérez.

Miras el reloj y ese 1:30 en tus 21K va dedicado a todos los que se rieron de ti por ser el gordito del colegio. No contaban con tu poder y disciplina. Camilo merchán.

Aunque el cuerpo proteste, corres con tu corazón en la mano, porque esa persona que amas está contigo aún en la distancia. La vida corriendo. Natalia Vélez.

El padre que es la vida misma del hijo. Que quiere que viva muchas más cosas que estar en cuatro paredes blancas rodeado de médicos. Él que siente el aire correr en la frente de su muchacho y con eso se recarga de energía para llevarlo por el mundo. Sabe que ahora no hay límites. Oscar y David Caro.

La esposa que empezó en esto para no quedarse sola las mañanas de los fines de semana, pero que encontró gran satisfacción propia en su esfuerzo. Cada carrera ve como los tiempos bajan de forma importante, y aunque ese no es su objetivo central, disfruta sus pequeñas victorias. Todos sus actos van cargados de un amor infinito. Silvia Pérez.

De recibir a dar clases; de dar clases a donde la novia; de donde la novia a estudiar; de estudiar a sacar tiempo para entrenar. Pero que disfruta sus logros y termina con una sonrisa sus 42K para abrazar a sus padres orgullosos en la meta. Daniel Sierra.
La convicción de terminar lo que se propuso, a pesar de las dificultades. Tener más tatuajes en su corazón que en su cuerpo. El poder del sacrificio y la determinación. Y cuando las fuerzas ya no existen y se corre solo con el impulso del corazón, aparecen tus seres queridos orgullosos de ti, para poder terminar tus segundos 42K con el alma agotada por las emociones. Claudia Preciado.
Preparar una carrera como si fuera un profesional. Fallar en la alimentación y enfrentar la agonía de terminar por el orgullo. Nunca rendirse, ya no importa el tiempo hay que terminar. Camilo Aramburo.

Asumir de frente y con altura todos los retos que te manda la vida. La palabra fácil, no existe en tu vocabulario. Sobreponerse a las caídas y hacer 1:27 en tus 21K, donde corriste con el alma más que con las piernas. Selva Camila Martino.

Tu tiempo para entrenar es muy limitado. La atención a la familia es lo más importante, pero te atreves a retar los 42K por primera vez en tu vida, convencido que es el mejor ejemplo para tus hijos. Y terminas con la alegría de saber que la voluntad es más poderosa que la fuerza. Eduardo Osorio.

Cuando no puedes correr, pero tus amigos están en la calle reventándose. Entonces sales a apoyar porque sabes lo importante que es ver y oír a quienes te entienden. Solo los que estamos ahí comprendemos el valor de este esfuerzo. Nunca habrá como pagarles ese detalle. Por eso también son unos súper atletas. Gracias. Elías Jaramillo y Daniel Gutiérrez.

Vas al médico por una lesión y te encuentran hipertenso a tus 51 años. Dudas en que vas a poder regresar. Tu familia y amigos te apoyan incondicionalmente. Haces el intento de volver a correr 21K y aunque te cuesta mucho terminar, alguien tiene el detalle de entender lo que pasa por tu cabeza y te espera en la meta para ponerte la medalla. Entonces las emociones son más fuertes que la cordura y las lágrimas refrescan tu cansancio. Jorge Mario Sierra.

Eres el súper héroe anónimo que todos admiramos. Nada te detiene. No hay barreras. Al verte llegar en tus 21K entendemos que todas nuestras excusas sobran. Si solo tuviéramos una pequeña parte de tu valentía, seríamos los mejores. El gran campeón. Para ti estas líneas.
JORGE MARIO SIERRA MARÍN
MARATONISTA
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